Glaucoma

Tratamientos del glaucoma

Los colirios pueden reducir la presión ocular al ralentizar la producción de líquidos en el interior del ojo o mejorar el flujo de drenaje. Es posible que este tratamiento no sea apropiado para todos los pacientes debido a los diversos efectos secundarios; un profesional del cuidado de la salud ocular le proporcionará la opción de tratamiento más adecuada para usted.

La cirugía de glaucoma mejora el flujo de los líquidos del ojo, aliviando la presión sobre el nervio óptico.. La cirugía puede tratar el glaucoma, pero no puede invertir el daño existente, por lo que es importante someterse a exámenes oculares periódicos para evitar el daño antes de que se produzca.

Síntomas del glaucoma

A menudo el glaucoma cursa sin síntomas, lo que hace imposible que los pacientes lo detecten hasta que se ha producido un daño considerable (e irreversible). Por este motivo, es importantísimo que un oftalmólogo controle con frecuencia la presión ocular para detectar una posible hipertensión ocular (una presión intraocular irregularmente alta puede indicar que una persona tiene un riesgo alto de glaucoma).

En caso de glaucoma agudo de ángulo cerrado, los síntomas serán repentinos e intensos e incluirán:

  • Visión borrosa
  • Dolor ocular intenso
  • Dolor de cabeza
  • Arcos o halos
  • Náuseas y vómitos

¿Cuál es la causa del glaucoma?

Hay cuatro tipos distintos de glaucoma, cada uno de ellos originado por causas distintas:

Glaucoma crónico de ángulo abierto: es la forma más frecuente de glaucoma; se debe a un exceso de presión en el ojo y causa pérdida de visión grave, sin síntomas observables que puedan alertar de su presencia. No se conoce su causa exacta, aunque los expertos han especulado que la reducción natural de la capacidad del ojo para drenar el líquido que hay en su interior puede provocar aumentos de la presión intraocular que pueden provocar daños en el nervio óptico y pérdida de visión.

Glaucoma agudo de ángulo cerrado: a diferencia del glaucoma crónico de ángulo abierto, se produce de forma súbita y dolorosa. Es una enfermedad muy grave y puede causar una pérdida de visión permanente con gran rapidez. Se produce como consecuencia de un ángulo de drenaje estrecho (es decir, el área del ojo entre el iris y la córnea es incapaz de drenar el líquido).

Glaucoma secundario: recibe este nombre porque se produce como consecuencia de otro proceso, incluidas enfermedades previas, lesiones, anomalías o medicamentos.

Glaucoma de tensión normal: se trata de una forma de glaucoma en la que la tensión del ojo es, inexplicablemente, normal y, sin embargo, el nervio óptico aparece dañado. Se trata de un tipo raro de glaucoma, teniendo en cuenta que esta patología suele caracterizarse por una presión intraocular elevada.